¿Y tú quien eres?

miércoles, 8 de junio de 2011

Y también fue a El (famoso) Marrakesh

Sí, un amigo que aprecio me llevó (no me animaba a ir solo) al bar o antro Marrakesh, en la calle Cuba, en el centro antiguo de la ciudad de México. Es un lugar muy famoso, más o menos mixto, aunque la mayoría son chicos y muchachos gays. Nada de ropas elegantes, nada de presunción o de sofisticaciones. Esto es para gente sencilla que va a divertirse. No te cobran cover, así que entran y salen según están de humor, o para fumar, o para meterse a otro antro enfrente, cruzando la calle, la Purísima. Luego contaré de ellos. Aquí la idea ambiental es un poco kitsh, o o por lo menos eso quiere parecer la decoración. Que es mínima. Me dicen que hace alglún tiempo ahi había mesas y sillas donde la gente podía sentarse, pero ahora quitaron todo y es un puro salón vacío, donde se apiñan unas 150 persoas que brincan y brinca todo el tiempo, sin parar, sudando la gota gorda. Nosotros nos quedamos más bien cerca de la entrada, donde había un poco más de aire y podíamos salir a respirar el fresco de vez en vez. Pero me divertí mucho, claro, a sabiendas de que era el único señor canoso y con aire intelectual. Bueno, luego llegaron algunos más, supongo que otros cazadores que van también a lucirse y de cacería. Pero curiosamente no me pareció que fuera un lugar particularmente dedicado al ligue, ni siquiera muy sexy. En realidad los chicos van en grupos, con amigas incluso, y no sentí que hubiera, como en otros lugares, radar y búsqueda de aventuras.
Las cervezas valen treinta pesos, unos 3 dólares. Pero supongo que hay quienes se pasan ahi un buen rato y no consumen nada, y no hay bronca.
La música, no debiera decirlo, es una mezcla entre rock y popular, y algunas cosas de la televisión, que la concurrencia conoce y canta con euforia. Yo no sabía ni la mitad de esas canciones, pero igual brincaba y gritaba porque de veras me divertí. Y nadie me miró feo por eso. Así que si quieren ir a conocer un lugar nuevo, vean el Marrakesh, o "El Marra", en la calle Cuba, cerca de otros reductos gay como el Viena y otros que no recuerdo. Pero es una calle muy segura en la noche, con vigilancia, estacionamientos abiertos y un ambiente muy festivo. Por lo menos estos meses veraniegos.

Gaisha, en Cuautitlán Izcalli

Salud, maduros de estas latitudes.
Aquí estoy de regreso, rápido, pero con ganas, porque hace mucho que no les cuento nada y ustedes creerán que me retiré, o me convertí al budismo, o que me morí. Ni una ni otra. Aquí estoy como siempre, nomás que después de los entusiasmos iniciales, uno busca nuevas oportunidades. Y la verdad es que las redes sociales, o sea Facebook, Twitter y demás, tienen ahora algunas prioridades. Incluso me metí a otro sitio, www.quora.com, donde se hacen preguntas sobre distintos temas, que los mismos usuarios contestan. Una especie de Wikipedia, pero de preguntas y respuestas sobre diversos temas.

Ahora les cuento que en unas vacaciones me lancé a conocer, o quizá diría reconocer, un bar que está al norte de la ciudad de México, en la ciudad suburbana de Cuautitlán Izcalli, por la autopista México Querétaro. No les copio la dirección, que se encuentra en muchos lugares, sino las coordenadas. Se llama Gaisha o Gai sha y está a unos pasos del restaurante Bisquets de Obregón. Está en un primer piso, por escalera, y abajo hay unos comercios de automóviles. No hay forma de perderse. El estacionamiento, si llevan auto, está justo enfrente, en un lote pavimentado. El cover de 30 pesos, y la cerveza igual. 3 dólares.

Fui un viernes como a las 11 de la noche, y la verdad es que me divertí. Debo decir que es un sitio mixto, con chicos y muchachas, que es muy sencillo en su decoración y su servicio, nada espectacular, digamos un antro como de barrio. Pero está limpio, es barato y está seguro. Sin duda se puede ligar algo si uno va en plan.

Esta vez llevaba nomás curiosidad, así que me mostré tranquilo y discreto, para no llamar la atención. La verdad es que un señor canoso llamaba bastante la atención (era el único, aunque luego llegaron un par más) porque la concurrencia eran sobre todo de 20 y 30. En todo momento hubo gente bailando, sola o en bolitas, y algunas de las chicas lesbianas fueron más llamativas que los muchachos. Había dos o tres chicos que hubieran valido la pena, porque estaban guapos, delgados y animosos, y prometo que otra vez les haré algo de lucha, chicle y pega.

En algún momento, cuando tiraron humo, me salí a moverme un poco, solo, y no pasó nada llamativo. Eso sí, me hice bastante visible. Es parte de mi técnica. Hacerme ver, nomás para tomar nota, por si alguien luego busca alguna cosa más personal. Pero eso duró unos cuatro o cinco minutos, y me regresé a mi mesita solitaria en la parte de atrás. Cuando llegaron estos dos veteranos que les platiqué, que no eran de mi gusto pero ni modo, ellos salieron a bailar de inmediato y hubo algunas miradas inequívocas hacia mi mesita.

En algún momento, con más humo, me volví a lanzar a la pista, no lejos de ellos, y como era previsible el mayor se me acercó, me rodeó el brazo y me atrajo para que me uniera a su ruedita. Así que le agradecí la invitación con sonrisas y miraditas. Ellos me dijeron que se llamaban no se cómo, pero los dos igual. Y así estuvimos un buen rato. Incluso en algún momento el más joven se fue al baño y me quedé con el mayor. Hubiera sido el momento de hacer alguna conversación, proponer algo, preguntar si se quedaban hasta tarde o si vivían cerca. Y eso hubiera bastado para armar un programa de tres, que estaba más que cantado. Pero no quería quedarme muy tarde (dijo el mesero que, como es estado de México, se puede fumar adentro y que cierran como a las seis de la mañana). Viernes y sábado, por lo menos.

Les cuento todos estos detalles para que se den una idea de qué es este lugar en Cuautitlán, que me parece bastante útil a falta de más opciones. Creo que hay un par de antros parecidos, pero este no está mal.
Si alguien tiene mejores datos,´póngalo en un comentario anónimo.
Y por ahora les deseo que se diviertan mucho.