¿Y tú quien eres?

sábado, 24 de enero de 2015

Mi nuevo grupo de amigos adultos

Ya vieron que no estaba desaparecido. Escribí mucho y en los últimos tiempos estuve ocupado en otras cosas. Pero ahora tengo un rato libre y vine a actualizar la página, no sea que a alguien se le ocurra que está abandonada forever. Y entre muchas cosas que me han ocurrido, como cumplir años (más), y hacerme chequeos médicos por aquello de la presión arterial, el colesterol y la creatinina (todo bajo control), resulta que a través de un conocido de un amigo llegué a contactar un grupo de señores más o menos de mi edad, aquí en la ciudad de México, que se reúnen de vez en cuando, digamos una o dos veces por mes, en una casa que alguien ha dispuesto muy bien, y que tiene un cuarto bastante grande y bien decorado, con una cama ancha ancha y al parecer muy resistente. Lo que hacen es invitarse a una reunión de dos o tres horas, todos contra todos, con la regla de que no se puede decir no ni apartar a quien te desee tocar o acariciar. Digamos que pide educación y respeto. Así que ahí me tienen platicando un rato con unos desconocidos, y luego cada quien se quitó su ropa, y entre juego y risas nos metimos todos en el cuarto de la cama ancha. Unos se echaron al medio y otros nos acomodamos más o menos en tanto la cosa se ponía en movimiento. Y cuando me quise dar cuenta, ya tenia frente a mis narices un 69 muy bien hecho tratándose de personas en sus 50. Y como estaba yo tratando de excitarme solito, llegó alguien por detrás para ayudarme a poner a punto (y la ayuda de un sildenafil 50). Aunque al principio traté de mostrarme un poco tímido, hasta ver cómo se componía la escena, la verdad es que me fui calentando y no necesité mucho rato para participar a mi gusto. Me dieron unas ricas mamadas, a veces ya no sabía ni de quién, y en algún momento, ya lo saben, alguien tuvo la curiosidad de ver cómo estaba hecho yo por dentro. Iba más o menos predispuesto, aunque no soy fácil, y la verdad es que el amigo me dio una buena cogida, sin lastimarme y sin exagerar. bonita y placentera. Y mientras me doblaba para recibirlo mejor, alguien tuvo la buena visión de ponerme al alcance una vergota bastante buena, que me estuve comiendo todo el rato. Entonces me di cuenta que eso era lo que en realidad estaba necesitando, un poco de sometimiento, un dejarme invadir, dejarme tomar por alguien ahí arriba que me veía atractivo. Son sensaciones raras. Es más, aunque hubiera tenido el derecho y el deseo de cogerme a alguno de ellos, la verdad es que no se me antojó porque no estaba en humor de poseer, de someter, sino de que me desearan a mí. En fin, quizá algunos entiendan ese tipo de emoción. Una buena orgía de adultos Bueno, al lado mío había más gente dando y recibiendo, porque al final, en ese cuarto éramos como 10 o 12 personas, cada quién en lo suyo, pero todos ahí cerca y al alcance de la mano. Así que a ratos pasaba alguien y me tiraba besos, o me toqueteaba un poco, y yo a mi vez, estuve en la franela y le di dos que tres chupetones a quienes parecían dispuestos. La verdad me divertí; me quedé como una hora y media, me vine dos veces muy alegre, y acompañé a un par a que hicieran lo mismo. Ya saben que ver a un señor o chico que acaba con la mano es un espectáculo animado, que parece nos importa a los bisexuales y homos. Ver ese esfuerzo, esa tensión, esa aceleración y una mezcla entre placer y sufrimiento, hasta que salta ese jugo delicioso, que algunos usan como crema de belleza. Yo paso, gracias, aunque me ha tocado de cerca. Bueno, y esa es la historia. No doy detalles ni muchas explicaciones porque han pedido que sea reservado, y sólo quiero compartir con ustedes la idea de que estos grupos existen y si uno se mueve y pregunta, da con ellos. Y no tenemos que exponernos a los bares o baños, que no son lo mismo y no siempre somos bien entendidos. les deseo lo mejor en 2015 y por aquí les estaré reportando cualquier novedad que se presente.