¿Y tú quien eres?

viernes, 10 de agosto de 2007

El afecto no se compra a crédito

No es que me haya olvidado de ti, diario electrónico. Es que se han mezclado algunas cosas personales y ya no tuve humor de escribir. Me da la impresión de que este no es un lugar para escribir cosas tristes o contar angustias. Pero tampoco quiero que crean que mi vida es una pura jarana, que no tengo problemas económicos, que no me jala la culpa, que mi mujer no me interesa o que no me duele el estómago o la rodilla (que me fracturé hace años en un accidente de automóvil donde estuve al borde de la muerte).

Ya dije que los bisexuales casados somos una raza difícil. ¿Qué hago si no con mis dos hijos, que son muy inteligentes y guapos, y ni siquiera imaginan que su padre es esta mezcla extraña que ustedes conocen? Varios de mis amigos íntimos y queridos lo saben, pero no ellos. ¿Será tiempo ahora de decirles? ¿Será que nunca deban saberlo, si al fin no tienen nada que opinar? ¿Será incluso que se lo imaginan, que quizá ya lo saben, pero no se han animado a confrontarme? No lo sé.

Pero estos días he estado un poco mal y un poco triste. Se me frustró una historia interesante, y el trabajo ha estado lento y aburrido. Encuentro que algunas personas no aprecian lo que hago, y lo hago bien, pero les da igual. Toma y daca, y hasta la próxima. Como le pasa al cocinero que pone una pizca de esto y una de aquello otro, con mucho amor, y luego vienen los comensales, se echan todo al coleto y ni siquiera se dan cuenta de la albahaca o el tomillo. Entonces, ¿para qué tanto trabajo si parece que vivimos un tiempo en el que nada importa, nadie aprecia, nadie lee? Ah, pero eso sí, todos quieren ser expertos en quesos y vinos, y hablan de maridaje como de ciencias ocultas. Son muy cultos, muy mundanos, y ni siquiera saben decir gracias o reconocer cuando alguien hace algo bien, algo especial, algo que les está dedicado con cariño.

Epoca difícil para la gente sensible, digo yo, que mira los detalles, que siente, piensa, que no está siempre preocupada por las cosas del consumo, el dinero, las marcas. ¿Qué será de las personas que no queremos ser "aspiracionales"? A ver quién se anima. En México llueve todas las tardes, y eso también me tiene emputado. Encima mi gato Huevo está lastimado y anda brincando en tres porque no puede apoyar la pata izquierda. Cuiden su alma, por favor, y la de sus queridos y cercanos. Lo demás va y viene, y hasta lo consiguen a crédito. Pero no el afecto.

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