Uno no siempre debería estar mirando a la gente con ganas de cogérsela, o de acariciarla y besarla, y luego quitarle la ropa para lo mismo. En realidad, sin exagerar, muchas veces me he sentido un poco estúpido pensando que el sexo es (sin dudas) una de las dos cosas más importantes en la vida.
Bueno, fuera de bromas, ahora, en el sitio de la revista Time, encontré un portafolio de un fotógrafo, que retrató las actividades, momentos, escenas de un campamento juvenil de verano en algún lugar de Estados Unidos. Y vean esta fotografía que les copié, con todo respeto, y me deleito viendo este momento un poco íntimo de los muchachos en su estanque, sin mostrar malicia, sin exhibir nada de valor (creo que sólo veo un reloj), nada de ropas caras o poses pretenciosas.
Son sólo un grupo de adolescentes que quizá se han pasado el día corriendo por las montañas y ahora tienen un rato de frescor y entretenimiento, algo que habla de la amistad, el respeto, la camaradería. Quizá nosotros, gente bastante manoseada por la vida, un poco desvergonzados, un poco cínicos, debiéramos aprender también a gozar de los pequeños momentos que no tienen que ver con ligar, consumir, seducir y desparramar en vano nuestro esperma.
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