¿Y tú quien eres?

martes, 10 de julio de 2007

Ocurrió hace un par de años y no lo he vuelto a ver

Era martes o jueves, cuando el lugar está lleno a reventar. Llegó con traje y camisa pero sin corbata, pasó como una tromba a mi lado y se fue directo al cuarto oscuro. Junto a él, o cerca, iba un hombre alto y delgado de lentes. Me esperé un rato y fui a ver cómo estaba la cosa. Era salvaje. Estaba en el centro de la acción y, la verdad, se veía imponente. De por sí es alto y grande, muy blanco, casi rapado, y se veía que tenia controlada toda la situación. La iba de macho y tenía agarrado a uno que le estaba sirviendo. No pude resistirme así que me acerqué lo más que pude, y entonces me agarró con energía, me atrajo como a una palomita y me palpó mientras yo me dejaba. Creo que le gusté, porque se deshizo del otro chico, me dobló y me la metió en la boca. Se la estuve mamando no se cuánto, con una mezcla de orgullo y humillación que todavía no aclaré. Que me haya elegido, sí, y que me forzara a gozarlo sin darme ninguna alternativa. No tuvo, no senti que tuviera la más mínima ternura, siquiera un gesto. Iba a lo que iba, y yo se la estaba chupando porque él había decidido. Sé que muchos se quedaron impresionados por la escena, aunque dudo que supieran quién era. Es un hombre importante pero no público. Hubo otros que se acercaron y cuando pude zafarme me salí al aire porque quería verlo cuando regresara a la luz. Y así fue. Pasó por donde estaba y alcancé a mirarlo a la cara y decirle que le envidiaba la energía. Me reconoció, agradeció sin palabras y se fue con el otro flaco que supongo lo cuidaba. No volví a ver a este hombre, y es todo lo que diré.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdon por la indiscresion

Anónimo dijo...

sí, era de Monterrey, y un financiero?