¿Y tú quien eres?

lunes, 9 de marzo de 2009

Nueva norma para los antros, sin barras libres ni 2X1

Fui a mi antro favorito, y pude comprobar lo que ya todos vamos sabiendo. Se cierra la barra a las 2 y media de la mañana y la gente se tiene que ir a las 3 (los martes, a las 2, y el cover es de sólo 50 pesos). Para compensarse, ahora abren más temprano, como a las 9 de la noche; no hay 2x1 ni barra libre, y cada quien tiene que pedir su trago o su cerveza, y pagarla al momento, toma y daca. Los demás días pagas un cover de 80 pesos, y te puedes quedar ahí toda la noche sin tomar nada, lo que creo hacen algunos para ahorrarse algo de dinero. Los otros pagan 30 pesos por una cerveza de botella y creo que 20 por una de barril. Así, un jueves pagué 80 por el cover y 90 pesos en dos cervezas y un refresco, es decir 170 varos, algo más que cuando pagaba 120 por un cover con dos cervezas incluidas.
Pero el martes siguiente pagué 50 pesos por el cover, no tomé nada, y me pasé una hora larga en el cuarto oscuro, nomás cogiéndome a un chavo alto con las nalgas bien depiladas a quien se la metí en tres momentos diferentes porque parecía quererla seguir. Fue sin protección porque estaba yo muy caliente y él muy lubricado, pero estoy arrepentido. Por favor no lo hagan sobre todo porque la mayoría de ustedes son jóvenes, están más expuestos y tienen toda la vida por delante (y por detrás, claro). Después, tanteando en la oscuridad (es que a veces de veras no veo nada de nada) me encontré una verga descomunal, no muy larga pero tan gruesa que no parecía real. Les juro que casi no podía rodearla con la mano. Bueno, me la tenía que llevar a la boca, aunque más no fuera para el ritual, y apenas me la pude tragar. Creo que aunque son muy impresionantes, y sé que algunos colegas matarían por una así, pero para mi gusto son casi excesivas, digamos que poco prácticas para la vida. Me parece más manejable una larga y de grosor mediano, que se la puedes meter a quien sea, y son más bonitas, más estéticas. Digamos, proporcionadas. Pero supongo que algunos avariciosos dirán que eso es porque tengo el anillo chico y un poco lastimado, y que son un tímido. Acepto que a algunos miembros de la colectividad les encantan esos falos enormes, salvajes, y que más que amados y cogidos les gusta ser penetrados, desgarrados, apabullados. Hay libertad y respeto, faltaba más.

Vuelvo al tema de los antros donde, además, desde el año pasado no se puede fumar, y hay que salir a la calle a echarse un puff (sólo en la ciudad de México, porque en el Edomex sí se puede).

La consecuencia, sin que esto quiera ser una regla para siempre, es que esa noche había bastante gente pero un ambiente frío y poco contagioso. Algunos se sienten igual de bien, quizá porque no toman mucho y les molesta el humo, pero cuando la bebida es tan "formal", los demas sienten más el precio y la necesidad de tomar la iniciativa de pagar cada vez. Había algunos chicos bailoteando, platicando y cotorreando, pero en general me pareció que faltaba algo de alegría, ese sentimiento del exceso que ponen algunos cuantos y que se contagia.

En fin, quizá sea bueno que la gente tome menos, no lo sé. Que se vayan a acostar más temprano, no lo sé. Que no gasten tanto, no lo sé. En Buenos Aires, para evitar los accidentes durante la madrugada, hacen cosas muy diferentes: abren las discotecas y los bares como a la una de la mañana y la gente se queda toda la noche, hasta las 6 o 7, y salen de día cuando la ciudad ya está segura. En una época lo preferían las familias para evitar que sus hijas salieran solas en la noche, que sus novios las aprovecharan, o que incluso fueran atacadas. Estaban más seguras en el antro, toda la noche, que en la calle o a la deriva. Esa costumbre sigue todavía y es común que los jóvenes salgan de los antros a desayunar y a lo suyo, sin dormir nada.

Lo que quiero decir con esto es que no hay una solución única a los problemas, y que a veces, lo que quiere ser una solución acaba siendo un problema nuevo.

Al fin, no sabemos si lo que quieren es la salud mental, evitar el alcoholismo exagerado, cuidar la moral, disminuir los accidentes, o lo que sea. También sabemos que estas cosas, la salud, la moralidad, la diversión, el exceso, no se controlan por decreto. Nada impide que los chavos salgan de los antros y se vayan a los Oxxos a comprar cervezas para tomar en la calle o en los zaguanes. Y coger, se puede a todas horas del día. En La Raza, sobre Vallejo, hay un hotel de paso que tiene una promoción chistosa, el mañanero, 150 pesos de 6 de la mañana a 12 del día, para los que empiezan temprano.

Bueno, nomás quería contar esto y dejar constancia de un cambio en las conductas y estilos de los desvelados. Por lo demás, en el darkroom había muy buen ambiente, a eso de la una de la mañana, así que me serví con un chico delgado, José, que encontré en el fondo y a quien confieso, no le vi la cara y no podría reconocerlo. Perdón. Igual me dio una mamada muy tierna, sin fuerza pero con intención, y me vine contra la pared. Había un tipo grandote, rubio y maduro ya, que parecía tener una tranca de novela, porque cada vez que se movía iban a su alrededor como media docena de ansiosos chicos. El parecía encantado de su éxito, andaba buscando un lugar cómodo y supongo --no me quedé a verlo, me dio pena--, que se pararía contra la pared, se la sacaría y dejaría que se la repartieran entre varios hasta que tuviera ganas de hacer otra cosa. Me dan un poco de hueva esas situaciones, esos hombres tan guapos pero tan soberbios, y que al final les da igual quienes están ahí, sólo se dejan lucir mirando por encima de cabezas agachadas.

Bueno, no se queden con un mal sentimiento. Nosotros, la mayoría silenciosa, hacemos las cosas con cariño y pasión, cogemos y nos dejamos coger, disfrutamos cada polvo como se debe y andamos a la búsqueda de una mano, una boca, un buen trasero que nos merezcamos o nos quieran ofrecer. No digo una verga porque en esta ocasión no se me antojó nada. Pero quien sabe si la próxima.

No hay comentarios: